¿Es Argentina un país terrible? No. Ocupa el puesto 48 en el Índice de Desarrollo Humano a nivel global (y uno de los más altos de la región), lo que muestra que, más allá de discursos tremendistas, Argentina hace (e hizo) muchas cosas bien. ¿Es un país “normal”? En varios aspectos sí, y sus indicadores económicos y sociales se asemejan a los de sus pares en la región. Sin embargo, arrastra un talón de Aquiles que es la persistencia de niveles inflacionarios por encima del promedio mundial. El círculo vicioso que hay en el país entre dólar e inflación no es normal. Vamos al dólar porque hay inflación y hay inflación porque vamos continuamente al dólar. La inflación erosiona cualquier política pública, por buena o eficiente que sea, y termina debilitando incluso aquello que se hace bien. Estrechamente relacionada, tampoco es normal la inestabilidad cambiaria que surge de las crisis vinculadas a la escasez de dólares. Con estas condiciones en mente, en este informe nos proponemos imaginar un futuro mejor para la macroeconomía argentina.
El modelo liberal, ya practicado en el menemismo, de inflación cero a costa de ajuste recesión y dólar apreciado ordena la macro pero desarma el empleo local y la posibilidad de distribuir mejor el ingreso, a la vez que necesita si o si de endeudamiento externo constante para sostenerlo. El modelo de tipo de cambio alto, restricciones a la demanda sobre el dólar y protección para la industria, genera empleo -o al menos no lo destruye- pero provoca una dinámica inflacionaria y de arbitraje sobre los distintos precios del dólar que termina erosionando el día a día de la producción, sin terminar de lograr hasta ahora la tan mentada diversificación productiva.
¿Cómo es posible conseguir el equilibrio macroeconómico? ¿Cuáles fueron las respuestas de política económica que pudo instrumentar Argentina a lo largo del tiempo y qué dificultades tuvieron? ¿Qué alarmas enciende el modelo económico de Javier Milei en torno a estos problemas? ¿Cómo construir estabilidad macroeconómica sin hacerlo a costa de la gente? Estas son algunas preguntas que surgen al indagar sobre “la macro” argentina y este informe pretende reanudar una conversación cargada muchas veces de dogmatismos, entre las posiciones ortodoxas y heterodoxas más extremas. Proponemos un programa alternativo y actualizado para lo que necesita nuestro país, sin desatender la vinculación de la política macro con otros objetivos de la política pública (algo que suele ocurrir en las filas más ortodoxas) pero sin desentendernos de su importancia y especialmente de la necesidad de proponer caminos sostenibles (algo vacante en filas ortodoxas y heterodoxas).
