enero 28, 2025 | Eventos
En pocas palabras sobre cultura y política

En la primera Jam de Futuros Mejores, Violeta Guitart leyó este texto sobre las articulaciones entre imaginación, política y cultura. Como organización que buscar construir un porvenir de prosperidad a largo alcance para nuestro país, invitamos a leer este texto que se interroga sobre cómo imaginar un futuro y construir nuevos horizontes hacia los cuales avanzar como comunidad.

«Uno de los registros que hoy tenemos de nuestros problemas tiene que ver con lo cultural, con una batalla cultural que se perdió. En efecto, se podría decir que hay varias causas por las que se perdió; sin duda lo económico resulta central, aunque también está la política: no supo ser contemporánea a los tiempos que se viven.

Pero ser contemporáneo no implica ser actual, estar de moda o ser tendencia; implica poder pensar lo que está emergiendo y actuar en consecuencia. 

Precisamente, el arte tiene la capacidad de detectar los fenómenos sociales antes que las disciplinas científicas. Hay ahí otra sensibilidad dando vueltas –no necesariamente la racional y verbal en la que estamos formalmente educados– y la clave está en poder escucharla. Porque el arte puede captar eso que está emergiendo incluso antes de que reciba un nombre o una etiqueta para identificarlo.

Una comunidad puede llamarse desarrollada cuando las personas tienen la libertad de hacer lo que desean, lo que las hace felices. Que una sociedad produzca cultura habla mucho sobre su nivel de desarrollo. Sobre tener ganas, tiempo y recursos para expandirse. Y de esas expansiones salen muchos proyectos que potencian los desarrollos locales. 

No pensemos que la cultura es solo lo que pasa en los museos, las galerías y los grandes teatros. Cultura es qué y cómo comemos, cómo nos relacionamos, cómo nos divertimos, los espacios que construimos, el idioma interno que elegimos para hablar con nosotros mismos y también las formas que encontramos para vivir en comunidad

Cómo vivir juntos es quizás una de las preguntas que mayores desafíos plantea a la imaginación política después de la explosión de las nuevas tecnologías y las formas de vida y consumo individualizadas de los últimos años.  No hay dudas de que el arte pone en juego una sensibilidad específica para explorar lo diferente a nosotros, lo que nos resulta ajeno, lo otro, todo aquello que –sin cegueras ni miedos infundados pero también sin ilusiones engañosas– podría enriquecernos promoviendo nuestro desarrollo. 

Hay pocos lugares en el mundo con la potencialidad cultural que tiene nuestro país. Espacios barriales, vida urbana, interacciones entre arte, ciencia y tecnología, discursos en disputa dentro y fuera de instituciones y organismos, tradiciones regionales en proceso constante. Son incontables los espacios y las formas en que los argentinos podemos articular políticas culturales que nos permitan construir un país mejor, en el que todos podamos estar más cerca de nuestros deseos».